La carta dirigida a su mamá textualmente dice lo siguiente:
“Mamita no llores mi ausencia, el día amaneció triste, madre querida, hoy ya no estoy contigo, Dios ha querido llevarme junto a él. Es un lugar tranquilo donde brotan manantiales transparentes con un brillo que te dejaría sin palabras donde la paz que reina jamás será imaginada. Te estoy mirando y todos los días estoy contigo en cualquier rincón de la casa, estoy junto a ti, lloras mucho mamita y eso me pone triste, piensa que solo mi cuerpo está lejos de ti, mi corazón y mi presencia están contigo, te miro como descansas en mi cama y como lloras, no lo hagas mamita, aquí junto al creador pido que te lleve paz a tu corazón para que cuando descanses en mi silla sientas mi presencia y me hables pues mamita yo te escucho, quiero que les des calma a mis hermanos, sé que fue muy repentino y no tuvimos tiempo para nuestra despedida y también lloro por aquello.”
“Eres madre y tienes la fuerza que todos necesitarán durante mi ausencia. Mamita si de alguna manera te puedo dar conformidad te diré que aquí todo es muy tranquilo, es un paraíso de colores donde he visto personas que antes con mi soberbia no miraba, que necios somos mamita cuando aquí ante Dios todos somos iguales, mi enemigo es mi amigo y mi amigo es mucho más que eso. Si te pudiera transmitir de alguna manera mi sentir para secarte todo ese llanto mamita porque mientras tus lágrimas rueden por tus mejillas yo no tengo calma. Entiende era mi hora nadie puede contra el destino y el mío era irme. Hay madre cuanto me duele cuando veo que me buscas en casa y esperas mi llegada, también esperas ese beso que todos los días te daba, no porque no tengo vida no siento, no mamita sigo teniendo mi vida, solo mi cuerpo se apartó de mis seres queridos pero piensa que estoy con ustedes. Cada segundo vigilo tus insomnios, tus sueños y todas esas lágrimas que derramas por mí.
“Mamita cuando pienses en mí, imagina que estoy de viaje, que un día estaré entre tus brazos nuevamente y me podrás dar todos los besos que ahora extrañas y que también yo necesito, cuida a mis hermanos ellos te necesitan como yo necesito que tú estés bien, ya no me llores recuerda que siempre que viva en tu corazón viviré eternamente, te amo madre. Atentamente Gabriela Payán”.(paloma)
“Soy la mamá de Gabriela Payán (Paloma),
así a ella le hubiese gustado que comenzara este texto, a todos los que seguían y siguen a Paloma, a todos los que acompañaron y acompañan a Paloma, a todos los que conocían y conocen a Paloma, quiero dejarles unas palabras, en primer lugar agradecer en mi nombre y el de Paloma, todo el cariño y el amor que nos han hecho llegar en sus mensajes y en sus llamadas, por todo esto y más, nuestra más sincera y profunda gratitud. Gabriela no perdió la lucha contra el cáncer, ella no perdió ni una sola de sus batallas, la vida es compasiva, nunca escuché de la boca de mi hija “estoy sufriendo”, escuché muchas veces duele y sí tiene que doler, es inevitable, del mayor dolor viene el mayor regalo, no existe crecimiento sin dolor, el sufrimiento sí que una opción, Paloma escogió siempre no sufrir. Recuerdo que entre vómitos (por efectos secundarios de la quimioterapia) ella sonreía, no sufría, siempre poniendo lo mejor de ella.
“Hija, te estoy muy agradecida por esta y otras enseñanzas que me dejaste, mami va a honrar tu misión, a vivir y compartir tu legado, voy a caer lo sé, pero cada vez que caiga me voy a levantar más fuerte y más rápido, no me voy a permitir quedarme entre tus sombras, voy a brillar en la misma dimensión que tú brillaste, brillas y brillarás por siempre. Viniste de la luz para brindarnos el regalo de tu ejemplo de vida, el 9 de diciembre de 1998 iluminaste de luz mi vida y te fuiste el 5 de diciembre de 2014, muchos dirán que tu paso fue demasiado corto, yo digo que tu paso ahora comienza, que vamos a estar siempre juntas en la eternidad. No me den el pésame, lo entiendo y lo acepto, mejor prefiero que me feliciten por haber sido la mamá de Paloma, ella estará muy orgullosa así de vanidosa como era. Soy la mami que ella escogió para vivir a su lado. Su misión, sufrió?, yo contesto no. Voy a estar de luto?, sí y sonreiré. Duele?, mucho, tanto que no consigo explicar con palabras la dimensión de este dolor, pero de lo que estoy segura es que este dolor me va a permitir rescatar lo mejor de mí y con eso perpetuar la misión de mi Paloma a través de la mía, servir a las personas. Te amo mucho hija mía, por siempre juntas”.
Cabe señalar que en honor a Gabriela, recientemente se creó en Culiacán la “Fundación Angelitos del Pediátrico” dedicada a la recolección de juguetes, medicamento, ropa y donativos para los niños enfermos de cáncer.